Cuando las cosas se pongan feas, mira hacia adentro.

A menudo estamos descontentos con nuestra vida, entonces nos empeñamos en buscar culpables, todos ellos fuera. Nos quejamos del frío o del calor, culpamos a los hijos de que se nos haya agriado el carácter y descargamos toda la frustración con nuestra pareja o con los compañeros de trabajo. En definitiva creemos que podemos cambiar nuestra realidad cambiando lo de fuera y se nos olvida mirar hacia adentro.

Imagina que tienes un grano en la cara, te miras al espejo y no te gusta lo que ves. Para cambiar esa realidad golpeas el espejo hasta romperlo, pero el grano sigue ahí. Esto es lo que hacemos para resolver cada incógnita que nos quita el sueño.

Dentro de ti hay una guerra donde sin piedad se cometen todo tipo de atrocidades y lo que ves fuera no es nada, para la batalla que libras dentro. Empieza por encontrar la paz en tu guerra y verás como los problemas que ves fuera se empiezan a resolver, sólo son una proyección de tu mente, una mente que se acostumbró a la guerra, enséñale que solo la paz puede existir en tu mundo, pero antes tienes que encontrarla en tu mente.

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La rigidez nos acerca a la muerte